lunes, 29 de junio de 2009

Redirecccionamiento


Pepe es un joven de 27 años, hijo único, lleva diez años “estudiando” medicina y no ha pasado del tercer semestre. La explicación: al salir de casa se sintió liberado del acoso de su madre, se enamoró y se casó. Lleva cinco años arrimado en casa de sus suegros, criando a su primer hijo y peleando a diario con su mujer, quien le grita que es un fracasado. Qué hago, pregunta el joven, mi vida no puede seguir así, yo quiero terminar mi carrera pero así es difícil concentrarme en mis estudios.


Lo primero es analizar los errores cometidos para que no se repitan, le decimos. Usted fue a Bogotá a estudiar, no a enamorar ni a enamorarse; esa desviación del objetivo le dañó la vida. Ahora, si realmente tiene vocación para ser médico, ama a su hijo y quiere darle un mejor futuro, sálgase de esa casa y váyase, solo, a estudiar con juicio. Visite a su hijo cada fin de semana o cuando pueda pero no pierda el propósito original de ser médico. De lo contrario, además de ser un profesional frustrado será también un padre frustrado por no poder darle a su hijo lo que quisiera.


Los hijos son para toda la vida y siempre andarán pidiendo cosas, es preferible que esté preparado para poder atenderle sus necesidades cuando esté más grandecito.
Se les ocurre algún otro consejo?

7 comentarios:

Rebeca dijo...

Mira, para todo hay tiempo... de amigos, de familia, de novia, de responsabilidad o de diversión.
eso ahi que enseñarle a los hijos

Jairo dijo...

En ocasiones, no cambiamos nuestras actitudes maternales hasta que son ellos mismos quienes nos recuerdan que ya son autosuficientes.

Anónimo dijo...

Los padres tenemos conductas protectoras por amor. Queremos lo mejor para ellos. Sin embargo, protegiéndolos les decimos indirectamente que no confiamos en sus capacidades, en su saber hacer y, como resultado, nuestros hijos se escapan del radio de acción de nuestro ojo vigilante.

Sanguino dijo...

Es necesario aceptar las decisiones de nuestros hijos, incluidas las uniones, matrimonios o separaciones, como algo verdaderamente de su incumbencia. No podemos hacer otra cosa que transmitirles nuestro deseo de que les vaya bien y que siempre estaremos a su lado si nos necesitan.

Matilde dijo...

Nuestra labor como padres ha de cimentarse en un amor incondicional, dar apoyo sin que sirva para controlar. Debemos confiar sin manipulación y, después de largos años de hacer lo mejor que sabemos para su educación, dejarles marchar.

Anónimo dijo...

hay hijos de hijos y el mio me deseciono totalmente que no quiero verlo mas

Jhon C dijo...

Significa que a a veces las faltas que uno cometa, por mas grave que sean si hay arrepentimeinto, pueden ser personadas por nuestro padre.