
Quizás suene maluco decirlo, pero a los colombianos no se nos puede echar en el mismo saco con bolivianos, ecuatorianos y nicaragüenses. Somos, si se quiere, de mejor familia, aunque no por razón de los ancestros – que son los mismos – sino de la educación recibida en los últimos doscientos años. Pero de educación no sabe nada Chávez, por eso no distingue nada.
Con él pasa lo que con aquellos viejos compañeros de aulas en la primaria o del bachillerato que se quedaron sin estudiar por vagos o viciosos y luego de varias décadas cuando se encuentran con el alumno que sí se esforzó y estudió le quieren dar el mismo tratamiento de las aulas, con apodo y todo.
De lejos, pero bien de lejos, Colombia es otra cosa, es un país infinitamente superior, sobre todo en su gente. Gente trabajadora, creativa, gente que sabe que si no trabaja no come y por ello no conoce la pereza, gente que no vive a costillas del papá Estado. Ninguno de esos otros países tiene el nivel cultural que tienen los colombianos, ni esa calidad y diversidad de empresas o de ciudades; la competitividad de nuestro país es insuperable por cualquiera de ellos. Nos hemos distinguido por haber tenido en los últimos dos siglos gobernantes de mostrar por su gran preparación y ponderación, por ello es inconcebible para nosotros que algún inculto gobernante extranjero pretenda venir a insultarnos.
Eso es algo que seguramente podrá hacer Chávez en esos otros países, caracterizados por haber tenido varios – demasiados tal vez – dictadores de medio pelo. Ecuador, por ejemplo, en la década 1995-2005 tuvo diez presidentes; Venezuela vino a conocer la democracia en 1958 y le duró sólo cuarenta años; Bolivia ha tenido 29 presidentes en cuarenta años y Nicaragua estuvo 33 de sus últimos 70 años en manos de un dictador. Son países cuyas gentes están acostumbradas a la humillación y el sometimiento. Los colombianos no sabemos de eso, no nos aguantaríamos algo así, eso nos parece “de quinta” (quinta categoría, mañé, corroncho). Somos muy “estirados” (orgullosos) para soportarlo. El enamoramiento del país por Uribe no tiene otra explicación que su empeño en acabar con la guerrilla, pero el día que Uribe se meta con la propiedad privada o con la libertad de prensa sale a volar de la presidencia.
El señor Chávez pretende tratarnos como el marido patán que le pega a la mujer y ésta se aguanta porque el tipo da para el mercado, que como nos “hace el favor” de comprarnos todo lo que su país necesita, especialmente en materia de alimentos, los colombianos tenemos que soportar su grosería y su humillación.
Como insinuara don Juan Gossaín en su editorial de hace pocos días, el señor Chávez bien puede coger esos dólares y gastarlos donde quiera, pero a los colombianos se les respeta, no son sus vasallos. Después de décadas de tener presidentes formados en las mejores academias del mundo no nos vamos a dejar carajear por un camaján tan primario.
Ojalá en estos momentos tan importantes para la república no le vaya a dar a algún “dirigente” local por proponer hipotecar nuestra dignidad a cambio de gasolina barata.
8 comentarios:
Doctor López, lo felicito por tener los calzones bien puestos y poder decir esto!
MUY BUENO ESTE ESCRITO Y REAL
Jajajajaj eso no es tener calsones eso es tener guev.,......
Estoy de acuerdo con usted Lopez, y con Gozain lo escuche y es muy cierto lo que dice
LA DIGNIDAD ES LO UNICO QUE NO PODEMOS PERDER LOS COLOMBIANOS
CHAVEZ ES EL SIDA DE AMERICA LATINA
fuera chavez no te quiere EL MUNDOOOOOOOOO
o hipotecar nuestra dignidad a cambio de dolares (cadivi)....
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