lunes, 24 de noviembre de 2008

Amor a las finas hierbas


Apenas empiezo a saborearte
y ya me entran ganas de comerte
mordisquear tus orejas despacio
lamer tu cuello lentamente,
prepararte un aderezo con mi aliento
mezclar tu saliva con mis dedos.
Apenas empiezo a intuirte
y ya me entran ganas de servirte
un manjar de caricias y de halagos
invitarte a degustar mi condimentos
azonar con mis manos tu cintura
hornear el deseo a fuego lento.
Apenas empiezo a tramar la receta
cuando te deslizas con cautela hacia la mesa
y con la exquisita canela de tu boca
dispones ante mí la escapada.
Argumentas que hay exceso de alimento
y que mantienes una dieta muy estricta
me dejas rebosantes las manos de especias
y un desfile se inicia de pucheros y cazuelas.
El orégano previsto en tu mejilla
la pimienta salpicada en tu mirada
la vainilla extendida por tu nuca
la menta en tu piel y la mostaza.
El comino, el limón, la hierbabuena
el romero en tu frente, en tus labios la salvia
el azafrán y el laurel en tus hombros
por tus dientes el anís, la alcaparra.
Uno a uno los ingredientes que aguardaban tu llegada
retroceden a su lugar de origen
y yo, apenas me dispongo a iniciar la retirada
congelo en la memoria el menú del deseo
por si alguna vez te apetece paladearme
y a mí me entran ganas de evocarte
y es que apenas empiezo a conocerte
y ya siento el impulso de adobarte.
**Gloria Bosch (“De carne y verso”)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

SEÑOR BLOGUISTA, OTRO POEMA HERMOSO QUE LE DEDICAN? QUE ENVIDIA!
QUE SE UNTA CUENTENOS.

Anónimo dijo...

SE UNTA MIEL.. ANONIMO JAJAJAJAJA

Anónimo dijo...

jajajajajajaj, silvestre me hizo reír, ya se sabe la afición que tiene el bloguista por los poemas