martes, 26 de mayo de 2009

A hacinarse, arr!


Las antiguas casas de Centro Habana, construidas en la primera mitad siglo XX al estilo europeo, varios pisos y patio central, fueron, en materia habitacional, las primeras victimas del régimen castrista. El gobierno las tomó, hacinó al dueño en una zona reducida y dividió el espacio restante para colocar familias en apartamentos improvisados. Aquello fue transformado en casas de vecindad, llamadas “los solares”. Dado que esas casas pasaron a ser “propiedad social”, el mantenimiento es de nadie y es de todos. Nadie las repara y todos le “agregan”.


En medio siglo de revolución, las casas adquirieron un fantástico aspecto de agregados, colgados por cada habitante a medida que la familia crece y cada quien trata de incrementar su espacio. Por un lado aquello se cae y por el otro se transforma en unos racimos de ranchos de tablas. Desde luego, el invento no es cubano. Todos los países comunistas tienen por costumbre hacinar a varias familias en un solo apartamento, porque eso de construir viviendas nuevas es capitalismo salvaje.


La actual Ley Inmobiliaria, que se apresta a discutir la Asamblea Nacional de Venezuela y que consta todavía de un papel de trabajo, esta tan alejada del modo de ser y vivir de los venezolanos, que pareciera haber sido redactada por un ingeniero cubano, experto en “solares”.


El proyecto de la Ley Inmobiliaria no los llama “solares”, pero que se parecen, se parecen. Contempla la expropiación de inmuebles considerados “subutilizados por sus propietarios”, para nacionalizarlos” con el fin de satisfacer las necesidades de vivienda de muchos venezolanos”. El artículo 14 del borrador también prevé la expropiación de cualquier área alquilada (allí entra una gran cantidad de ranchos en las zonas marginales) y el artículo 89 decide a quién será entregado el espacio: sólo a gente “que el Ejecutivo considere pertinente”.

Lo insólito de ese “papel de trabajo” es que refleja situaciones vividas en los años 30 en Rusia Soviética, en los 50 en Europa del Este, en los 60 en Cuba y el sistema se asoma ahora, en el 2009, en Venezuela. ¿Casualidades de la vida, o del comunismo? ¿Será también casualidad que cada vez que en algún país cae el régimen comunista, el primer y principal impulso de la economía ha sido una acelerada construcción de viviendas?

* Jurate Rosales. Una ventana al mundo. El Nuevo País

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los países capitalistas son ricos, todos ellos. Los socialistas, más pronto que tarde colapsan. Y eso que con millones de dólares del petróleo.

Fuentes dijo...

La verdad para nadie es un secreto que chavez esta loco de remate, quiere hacerlo de castro, pero actua como un perfecto imbecil