
“Las botellas que más suenan, son siempre las vacías” (Ralph W.)
Es común en estos pueblos de Dios, ver gente a la que le encanta hacer ostentación de sus bienes materiales. A algunas personas les fascina que les admiren sus peinados, joyas, ropas y carro, entonces hablan duro y miran golpeado para llamar la atención, se sienten investidas de alguna autoridad divina que les permite censurar a los demás, olvidando que, como dice una canción, ellas son las demás de los demás. Hay quienes llegan a pensar que su saludo equivale a un visado para que aquel que lo reciba pueda vivir “en sociedad”.
En el caso de las mujeres, por lo general son mantenidas por algún buen hombre que cree que dándoles gusto les dejarán cometer – a ellos - sus pecaditos; pero el común denominador es su incultura, no tienen mayor instrucción profesional ni bagaje intelectual alguno. Si se les quitan las joyitas y el carro, no queda nada, nada. Para vergüenza ajena, se sienten igualmente las representantes de la alta clase social, con lo que esto queda muy mal parado ante los ojos de foráneos.
Es claro que en estos mismos pueblos de Dios, como decíamos antes, a falta de abolengos y apellidos ilustres toca decir como Napoleón: “Mi aristocracia nació conmigo”, por ello es bueno esmerarse en los temas de la cultura y la formación profesional. Lo demás son carajadas.
Es común en estos pueblos de Dios, ver gente a la que le encanta hacer ostentación de sus bienes materiales. A algunas personas les fascina que les admiren sus peinados, joyas, ropas y carro, entonces hablan duro y miran golpeado para llamar la atención, se sienten investidas de alguna autoridad divina que les permite censurar a los demás, olvidando que, como dice una canción, ellas son las demás de los demás. Hay quienes llegan a pensar que su saludo equivale a un visado para que aquel que lo reciba pueda vivir “en sociedad”.
En el caso de las mujeres, por lo general son mantenidas por algún buen hombre que cree que dándoles gusto les dejarán cometer – a ellos - sus pecaditos; pero el común denominador es su incultura, no tienen mayor instrucción profesional ni bagaje intelectual alguno. Si se les quitan las joyitas y el carro, no queda nada, nada. Para vergüenza ajena, se sienten igualmente las representantes de la alta clase social, con lo que esto queda muy mal parado ante los ojos de foráneos.
Es claro que en estos mismos pueblos de Dios, como decíamos antes, a falta de abolengos y apellidos ilustres toca decir como Napoleón: “Mi aristocracia nació conmigo”, por ello es bueno esmerarse en los temas de la cultura y la formación profesional. Lo demás son carajadas.
10 comentarios:
La cultura de hoy a veces quiere hacernos creer que valemos por nuestra ropa, por nuestros autos, por estar a la moda, porque somos poderosos, porque podemos humillar. Pero precisamente toda esa cultura es la llave al gran vacío interior .
Estoy de acuerdo con el articulo`porque no hay nada más chocante que una personalidad "inflada" o quienes se vanaglorian constantemente de sus propios logros, cualidades y posibilidades
Es fácil caer en la tentación de "lucir" en cualquier circunstancia:
Buen tema amigo
No debemos centrar nuestra vida en querer impresionar a los demás por estar "a la última"
Como dice "lo demàs son carajadas" porque no hay nada mejor que una persona sencilla, gana más corazones.
Esas personas tienen una cultura superficial.
Qué descripción tan bien hecha, se trata de personas con las que es insoportable cualquier conversación por lo superficiales
SON PERSONA INSULSAS, POCA CULTURA Y ESTUDIOS Y TIENE QUE APARENTAR PARA PORDER ENTRAR EN LA "SOCIEDAD"
AHORA PARA QUE SE ESTUDIA Y SE CULTURIZA LA GENTE SI CON UNA CIRUGIA Y UN CULO LINDO OBTIENE TODO,
Eso se llama juantocheria porque cúcuta esta llena de personas que comen mierda y erutan pollo.
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