domingo, 7 de septiembre de 2008

Cinco sentidos



Nacemos con los cinco sentidos elementales y, en promedio, la misma cantidad de neuronas, eso nos coloca en igualdad de condiciones en el partidor de la carrera. Sin embargo existen sentidos adquiridos – vale decir, resultado de la cultura recibida – que nos ubican en una jerarquía social determinada. Son ellos, en orden alfabético:
El sentido del buen gusto. Es el que nos permite vestirnos de manera cromáticamente armoniosa (no necesariamente costoso), escuchar buena música según la ocasión (no llevar a alto volumen rancheras en el carro, por ejemplo); seleccionar buenas películas, comidas, vinos, libros, etc.
El sentido de la elegancia. Este sentido está íntimamente ligado con el anterior pero está algo más arriba y atiende lo relacionado con las buenas maneras en el trato con los demás. El sentido del buen gusto puede circunscribirse al ámbito privado de cada quien mientras que el de la elegancia tiene un escenario más amplio como es el de lo público. No debe confundirse la elegancia con el vestuario, sino con la manera de lucir las prendas.
El sentido de la oportunidad es algo esencial para las relaciones públicas. Es el arte de saber cuándo y cómo gestionar o comunicar algo a alguien. Por ejemplo, en un clima infernal como el de Cúcuta nadie va a pedir dinero prestado a la una de la tarde porque seguramente le darán un portazo. Este sentido, como se infiere, es vital desarrollarlo para un mejor suceso en las relaciones sexoafectivas.
El sentido del humor determina perfectamente con qué clase de persona estamos tratando. Quien aprende a reírse de sí mismo – todo un arte – ya ocupa la escala más alta y sugiere que estamos ante la presencia de alguien no solamente culto sino con un elevado sentido de la tolerancia. Tener sentido del humor no es echar chistes vulgares, es mucho más que eso, es tener la capacidad mental y espiritual suficientes para encontrar elementos simpáticos y divertidos en lo que vemos y escuchamos, no ser amargados ni trascendentales en nuestro trato con los demás.
Ahora, el sentido de la delicadeza sí es algo que sólo se adquiere en casa, con el ejemplo. Es el mismo sentido que nos permite reconocer que existe, y por lo tanto respetar, el fuero interno de nuestros semejantes, es el que no nos deja ser chismosos, invasivos de la intimidad ajena, altericidas (querer moldearles la vida a los demás). Ser delicado es ser respetuoso de los sentimientos y pensamientos de los otros, entender con humildad que somos los demás de los demás.
Invito a los amables y queridos lectores a señalar otros sentidos que crean debamos desarrollar.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante ... hay momentos en que tus actos se mueven por lo que para ti es tu verdad, y nadie es quien para cuestionarlo ni aventurar hipotesis....

Anónimo dijo...

En cada uno el valor es diverso

Anónimo dijo...

uzgar es la gran debilidad humana, siempre pensamos que nuestra mierda huele mejor

Anónimo dijo...

Vivir y apreciar cada detalle de la exixtencia, desde el color del cielo al atardecer, las nubes, hasta la compañía de ese ser al que tanto queremos. No lamentarnos por lo que nos falta, sino agradecer lo que la vida nos brinda.

Anónimo dijo...

Hay que disfrutar de cada cosa que tiene la vida, hay que disfrutarlo todo al máximo. Al fin y al cabo esto es sólo un paseo, un suspiro, y lo importante es llegar al úlitmo día y poder decir: de verdad valió la pena.

Anónimo dijo...

NO CAMBIAR A NADIE! Deja de tratar de cambiar a los demás, respeta a la gente como es.

Anónimo dijo...

Creo en el respeto por la vida, sin distinción de razas, religión, pensamiento, ideología o banalidad semejante.

Anónimo dijo...

... Creo que algún día, en el futuro, la tolerancia prime entre personas; sin temor a las diferencias.

Anónimo dijo...

Que buen articulo querido amigo pero primero debes aplicarlo en tu interior y exteriorizar eso que escribes.

Anónimo dijo...

Muy ciertas las palabras de anomino "debes aplicarlo en tu interior y exteriorizar eso que escribes" debes aplicarlo L.R

Anónimo dijo...

Tacto para la convivencia
ir averiguando los gustos ajenos y procurar satisfacerlos
siempre que se pueda, en vez de tratar de imponer los planes que a uno le
apetecen;

Anónimo dijo...

no darse aires de persona ocupadísima, ni de sabelotodo, ni
de gran memorista, ni de don Preciso, que lo puntualiza todo;

Anónimo dijo...

hacer favores sin llevar la cuenta, empleando generosamente
el tiempo, aunque el favorecido apenas pueda correspondernos con nada;

Anónimo dijo...

Estímulo y simpatía. Saber escuchar
Es triste que tantos hombres y mujeres hagan grandes sacrificios
para poder lucir un coche o una ropa un poco mejor, o adelgazar un poco, o
presumir de cualquier cosa, y que, sin embargo, apenas se esfuercen por
escuchar más, o ser un poco más simpáticos y agradables, que es gratis y de
mucho mejor efecto ante los demás.

Anónimo dijo...

Sin duda, la espontaneidad es un valor emergente en la
sociedad de nuestros días. Ser espontáneo y natural es algo que hoy
-afortunadamente- se valora mucho

Anónimo dijo...

comunicarse. De la comunicación depende, muchas
veces, la felicidad o la desgracia, la amistad o la enemistad, la armonía o el
conflicto. Es cierto que debe decirse la verdad, pero la falta de acierto en la
forma de expresarla, o la falta de oportunidad en el momento y circunstancias
de decirla, provoca muchas veces grandes problemas.

Anónimo dijo...

Me parece que debemos desarrollar mas EL SENTIDO DE LA REALIDAD. Digo esto porque he visto muchas equivocaciones a lo largo de mi vida, todas motivadas por un sentido de la realidad nublado. Percibimos una realidad adornada por la ingenuidad y a veces deformada por el miedo.

Anónimo dijo...

......desafortunadamente muchos sólo ven la envoltura y no saben el daño que le pueden llegar haceer a una persona ....si hay tanta belleza debajo de la piel..tanta......
bello linda muy bello..

Anónimo dijo...

En este nuestro mundo, hay quienes no creen en la existencia de aquello que no pueden percibir a traves de sus sentidos