
Es increíble: hay personas a quienes les da pena pedir rebaja. Consideran que regatear es algo bochornoso, “de quinta“, como diría una rola, piensan que pagar lo que a uno le cobran es educado, elegante, mientras que pedir descuento es algo de poca presentación.
Nada más equivocado, creemos. Obviamente no pueden esperarse las mismas rebajas en un almacén en el Centro Andino que en una playa cartagenera (donde las gafas de 30 barras terminan en 8), pero el regateo es una práctica comercial de uso en todos los estratos sociales. A manera de ejemplo vean el relato de cómo regateaba nada más y nada menos que J.P. Morgan, el célebre banquero neoyorkino, quien siendo multimillonario era un regateador duro, a quien no siempre, como a todo el mundo, se le daban las cosas, pero cuando le funcionaban sus tácticas, ahorraba mucho dinero.
Hablando en cierta oportunidad con un joyero, le dijo que estaba interesado en comprar un alfiler corbatero con una perla. Unas semanas después el joyero recibió en su negocio una perla magnífica. La hizo montar en un engarce adecuado y se la envió a la oficina de Morgan, acompañada de una factura por US5.000. Al día siguiente la encomienda le fue devuelta por Morgan al joyero con una nota en la que le decía: “Me gusta el alfiler pero no me gusta el precio. Si está dispuesto a aceptar el cheque adjunto por US4.000, por favor devuélvame la caja con el sello intacto”.
El joyero, furioso, rechazó el cheque y despidió al mensajero de Morgan; abrió la caja para recuperar el alfiler, pero se encontró con que la joya no estaba allí. ….¡En su lugar estaba un cheque por los cinco mil dólares!
El joyero, furioso, rechazó el cheque y despidió al mensajero de Morgan; abrió la caja para recuperar el alfiler, pero se encontró con que la joya no estaba allí. ….¡En su lugar estaba un cheque por los cinco mil dólares!
Siguiendo con el tema original, cuando a ustedes les hacen una rebaja sustancial no les queda la sensación de que en esa misma proporción los iban a tumbar? Usted pide rebaja, o le da pena?

17 comentarios:
Yo me lo paso genial regateando
Regatear el precio de un producto puede llegar a ser un arte
el regateo es una práctica casi obligada para no faltar el respecto a las costumbres locales. Pero no es fácil.
Hola en primer lugar muy bueno el blog . Respecto a regatear me pone mal cuando alguien que está mirando cosas para comprar conmigo regatea un precio ya que existe la relación de oferta demanda simplemente si te agrada el producto y te gusta el precio lo compro si no no
jajajajajajajajajaja muy muy bueno jajajajajaja yo jamás he regateado como que no se me da jajaja pero mi abuela es una experta en eso.
Soy malisimo regateando… jajaja
Parece fácil, pero hasta que no lo intentas unas cuantas veces no sabes cual es la mejor manera de regatear.
hehehehehee, a veces salir con los padres resuelve. Mi madre es igual que yo, que no regatea ni que la maten, pero papi regatea hasta lo más mínimo, ha llegado a veces casi al precio de costo, hehehe, pero es que papi es medio tacaño.
Mi hermana si es buenisima para eso, como dicen es un arte de no todos poseen
vaya que te puedes ahorrar una lanita..la pena es lo de menos .
na’ que ver no me gusta regatear! definitivamente eso no va conmigo
El regateo sólo se da o en donde no se respeta el trabajo del productor o donde el mercado es libre.
Ala, que artículo tan chusco, lo tendré en cuenta!
ESO DE REGATEAR ES CHEVERISIMO, UN VIEJO AMIGO ME ENSEÑO A HACERLO Y DE VERDAD QUEDA LA SENSACION DE QUE EL EXCEDENTE ME LO IBAN A TUMBAR Y DE FRENTE.
Pues no es que le de pena a uno pero a veces la forma como se comporte la vendero lo hace facil o dificil
Regateando soy bastante buena y un metodo q no me falla es la sonrrisa! y ser muy simpatica/o siempre sin exagerar
Yo creeo que es como logico estar pidiendo regateo en esta epoca tan cara
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