
En una gran empresa contratan a una joven graduada en mercadotecnia, especialización en “alta gerencia” de una universidad local, con otro par de títulos académicos que la acreditarían como idónea para el cargo. Pero no. La niña tiene un problemita, seguramente tiene el síndrome de ser la primera profesional de su familia y eso la hace muy prepotente y sabelotodo.
Le falta eso que a uno le enseñan recién se gradúa: “humildad profesional”, que no es otra cosa que admitir que la universidad nos instrumenta si acaso con un 20% de las armas con las que nos enfrentaremos en el campo laboral; el resto se adquiere es con la experiencia, con los tropezones que da la vida. Así es como se forma un verdadero profesional, los abogados en el barro del litigio, los de empresariales ensayando con el bolsillo propio, los de la salud subordinándose a los más experimentados jefes.
Obvio que una sólida base académica es primordial, pero no lo es todo, a ello debe sumársele una muy buena educación (de esa que dan en las casas de la gente culta), voluntad de aprender y tenacidad para no rendirse al primer fracaso. Está haciendo mucha falta en las universidades que al pensum académico le añadan asignaturas que, además de que les den formación profesional, les den más formación personal.
4 comentarios:
Aprendiz dirian por ahi:"El que sabe, sabe...y el que no, es jefe"
en esta vida todo se paga, y mas en los trabajos, jurelo que tarde o temprano un serrucha-pisos cae solo...
Los sabelotodos Es la persona que presume de sabio sin saber nada
Sunea como a una forma burlesca de decirle a alguien que es inteligente, pero se pronuncia mas que nada cuando alguien tiende a dar informcion inecesaria cuando nadie queria saber de algo.
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